domingo, febrero 26, 2006

¡PUES ME VOY!


Acabo de poner el canal de noticias de la BBC y en el bloque de deportes ponen de primera noticia el Seis Naciones de rugby y de segunda noticia el intento de 'espantá' de Eto'o en La Romareda ante los insultos racistas que le estaban cayendo. Hasta ahí ha llegado la repercusión pública del gesto del jugador camerunés.

He hablado con algunos compañeros de Zaragoza y todos critican el gesto de Eto'o. Me dicen que hacía que se iba pero realmente no se iba, que fue una técnica para romper el partido, que Guti también se podría ir cuando le llaman "maricón", que esos gritos son de una minoría y se oyen en todos los campos... Muy bien, pero Eto'o se siente dolido, es humano y se va.

¿Qué hacemos con el racismo en los terrenos de juego? Voy a aportar algo de mi cosecha y a partir de ahí acepto todo tipo de comentarios. Primero, vamos a quitarnos las máscaras y reconocer el racista que todos llevamos dentro. Una vez detectado el problema tomemos medidas. De entrada, la solución la tenemos nosotros mismos, los que seguimos el fútbol, la gente. Si una multitud hace "¡uh uh uh!" y nadie pita, todos somos cómplices por nuestro silencio.

Si un racista hace "¡uh uh uh!" y el domingo siguiente se le permite entrar en un campo de fútbol, es el sistema y la Comisión Anti Violencia los que fallan. Si un ultra hace "¡uh uh uh!" y todavía se le permite guardar sus cosas en una habitación del estadio donde va, el presidente que se lo permite no puede seguir rasgándose las vestiduras como si con él no fuera el tema.

¿Y qué hacemos los periodistas? ¿Hablamos del tema o no? ¿Les seguimos el juego? Porque, cuando lo hacemos, a los ultras les damos la publicidad que quieren. Y se sienten estimulados a seguir. ¿Qué hacemos, pues? Yo ya les he seguido el juego, pero aquí no sé que opinar, sinceramente.

4 comentarios:

Juan Carlos dijo...

Para empezar, decir que estoy totalmente de acuerdo con la reacción de Eto'o. Es más, creo que debió abandonar el campo definitivamente, a ver si así alguien empieza a ponerse serio y a arreglar este problema.
En mi blog he puesto un pequeño resumen de la prensa de hoy que recoge las dos posturas encontradas ante lo ocurrido en La Romareda. Podéis leerlo en http://depenalty.blogspot.com

Saludos.

Pablo G. dijo...

Creo que debería ser el árbitro el que detenga un partido por gritos racistas o cualquier otro motivo que lo merezca. Pero asisimismo se sabe que al pararlo, los insensatos son más y gritan más fuerte.

Gracias por ponerme en tus enlaces. Yo ya te he puesto a ti también. Nos leemos

Anónimo dijo...

He aquí una opinión más

http://www.javierortiz.net/voz/marat

Salut

Anónimo dijo...

Lo que dices de Guti, lo podemos aplicar a os árbitros sin lugar a duda los más insultados, ¿y si ellos también deciden irse? Tú como andaluz que eres debes saber el cachondeo que se respira en los campos de fútbol andaluces, y si prohibieran los insultos de cualquier tipo ir a un campo de fútbol sería comparable a ir al teatro. Te invito a que leas mi opinión:

http://www.estupentastico.com/?p=181