miércoles, febrero 15, 2006

EL MADRID ESTÁ VIVO


4-0. A punto han estado los blancos de lograr la proeza. Con 5-0 hubieran pasado a la final de Copa. Pero no pudo ser, y el 6-1 en la ida en Zaragoza pudo más. ¿Conclusiones? Se me ocurren varias a bote pronto.

La primera: que pese a que no han logrado su objetivo se han metido a la afición en el bolsillo por pretender recuperar el 'espíritu de Juanito' y eso puede marcar una definitiva recuperación del Madrid de cara a próximos compromisos.

La segunda: que una flor no hace verano. La plantilla blanca sigue desunida, con cada grupito por su lado, con un equipo asimétrico (por no decir desequilibrado) que igual le pueden media docena que golea a equipos que vienen a regalarle el balón.

La tercera: que la máquina mediática blanca sigue funcionando a las mil maravillas, desde los medios oficiales y los afines. Creo que el mayor galáctico del Madrid es su director de comunicación, Antonio García Ferreras. Ante una circunstancia adversa (¡y vaya si un 6-1 es adverso!) la mayoría de socios blancos ven un problema, pero Ferreras lo transforma en una posibilidad: especiales en la web oficial del club, redifusión de las grandes remontadas históricas de los blancos en Real Madrid TV y un largo etcétera. Un gran 'show' para nada. Aunque es igual, con 4-0 aún hay argumentos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No entraré a analizar la comunicación del Real Madrid, que funciona de maravilla. Aunque, la verdad, el mérito sería superior si no se diera ese "entreguismo" lógico desde el punto de vista empresarial de los medios de comunicación, que no pueden perder a los forofos, principal sustento del sarao.
Ahora bien, hablar del espíritu de Juanito me parece una memez supina, una ñapa demagógica. Juan Gómez era un tipo que vivió a mil por hora, un hombre que no razonaba en exceso. Tanto su vida deportiva como su vida personal mostró sin tapujos esa manera de entender la vida. Fue un jugador excepcional, pero con aspectos muy negativos (Milán, Neuchatel, Münich...). Y Juanito murió en un accidente de coche; no entregado a la causa en el área rival. El lenguaje agresivo y metafóricamente desafortunado del creyente López Caro estaba fuera de lugar. E interpelar al espíritu de un fallecido también. Aquellos jugadores poco o nada tienen que ver con éstos. A Juan lo engañaron en un negocio; a los actuales, rodeados de inversores, asesores y abogados, no le rebañas ni un céntimo. El espíritu de Juanito no existe. Como no existen los galácticos. Eso son chorradas sublimes de propagandistas del todo a cien.
Más vale maña que fuerza. No sé si me explico.