jueves, febrero 09, 2006

EL PERVERSO PODER DE LOS MEDIOS

Hoy he vuelto a descubrir cómo los medios de comunicación te pueden hundir. He conocido el caso de una joven supuestamente maltratada por su madre. Ella denunció a la madre, pero al final el juez absolvió a la señora por el argumento del "cachete a tiempo". Ni entro ni salgo del tema, pero la casualidad quiso que diera con el instituto donde estudia la adolescente.

Se me partió el alma al ver a la jefa de estudios temblando con el recorte de periódico que yo le acababa de pasar. Me contaba que informaciones como ésas, que se remitían a un caso de hace ocho meses, no le hacían ningún bien. La cuestión es que ya se habían ganado la confianza de la chica para que no se ausentara del instituto y que en adelante los chavales iban a burlarse nuevamente de ella por los problemas familiares que tenía. Dicho de otra manera, los profesores tendrán que volver a empezar... y la chica también.

Decidimos no publicar nada, pero el debate vuelve: ¿cuál es la frontera entre libertad de información y derecho a una vida normal?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno me parece muy importante esta reflexión. Ha dado lugar a muchas sentencias, incluso. PEro creo que hay que reflexionar profundamente ¿Cómo nos gustaría que tratasen nuestra intimidad y confidencialidad o la de nuestro hijo? El dercho a la intimidad es un derecho fundamental, sin él no tenemos libertad y este es un claro ejemplo.

Graciosa dijo...

Creo que tiene que primar el derecho a la intimidad sobre la libertad de información

Anónimo dijo...

Mucha parte de culpa de lo que pasa no es del 'cachete a tiempo' sino del 'guantazoquecrucelacara' a tiempo. Y es que a los niños se les empieza riendo las mentiras que cuentan y acaban fantasenado con un idílico mundo al que no han pertenecido, aunque a muchos les gustaría. En definitiva, que uno echa los polvo que echa, y no los que cuenta que ha echado.
Que vienen a ser unos 16 diarios.