OLEGUER, UN HOMBRE COHERENTE

Hasta ahora no he hablado de Oleguer, pero creo que ya va siendo hora. Soy catalán y vivo en Madrid, con todo lo que eso comporta, y además le conozco. Así que puedo tratar el asunto, aunque sea de pasada.

Su convocatoria con la selección española ha levantado una polémica que para mi ha sido totalmente desmesurada. Su manifiesto independentismo catalán, el hecho de que no se sienta español o su participación en la campaña ‘Una nació, una selecció’ ha provocado una riada verbal donde, en ocasiones, se la ha crucificado sólo por su forma de pensar.

Según algunos puntos de vista, totalmente respetables, no se le puede convocar porque “no sentiría los colores”. Siguiendo ese argumento, nos teníamos que haber rasgado las vestiduras con la llegada a la selección de Marcos Senna, Catanha o Donato. Y sin querer ser blasfemo con los grandes mitos tendría que recordar que Alfredo Di Stéfano se nacionalizó español en 1956 y el 30 de enero de 1957 jugó su primer partido con la camiseta de la selección. Por cierto, el rival fue Holanda y dudo que mucha gente se preguntara si sentía los colores cuando logró un espectacular ‘hat trick’. En ese partido también marcó otro “extranjero”, Kubala. El resultado final fue 5-1. Don Alfredo jugó en total 31 partidos con la zamarra roja y marcó 23 goles. Es el quinto máximo goleador. Kubala jugó 19 partidos y marcó 11 tantos.

Volviendo al presente, Oleguer se ha presentado esta mañana en el hotel Barajas con una actitud serena y normal. La bienvenida de Luis Aragonés terminó con una cariñosa palmadita en la cara, a lo que respondió Oleguer con una sonrisa. El de Sabadell no hizo declaraciones porque posiblemente era necesario. Ha hablado con el hecho de presentarse y de ser lo que es, un futbolista profesional. La normalidad es el mejor antídoto para aquellos que profetizan grandes catástrofes cuando alguien no sigue el pensamiento único o lo políticamente correcto. Las últimas declaraciones que hizo sobre si iba o no iba a la selección no salían de la siguiente frase: “Tengo claro que soy un profesional del fútbol y que el hecho de que te llamen para la selección es un reconocimiento”.

Oleguer Presas Renom es, ante todo, un chico joven de Sabadell, una persona normal. Iba en tren a los entrenamientos. Después, cuando subió al primer equipo, prefirió una furgoneta multivan a un deportivo. “Por comodidad, no soy una persona de imagen”, argumenta. Estudia ciencias políticas y en las concentraciones prefiere los libros a la ‘play station’.

En una entrevista la temporada pasada para Mundo Deportivo, encontramos al Oleguer que casi nadie nos ha presentado. “Yo soy profesional del fútbol pero también soy una persona que vive en una sociedad en la que tengo derecho a opinar”. “El fútbol no deja de ser un deporte y creo que a veces se le da demasiada importancia. No entiendo que se idolatre a unas personas por chutar una pelotita. Te encuentras por la calle a un señor de 50 años que te felicita por hacer lo que haces, cuando él seguro que ha hecho cosas más importantes en la vida. Eso me choca. Y no es que no me guste la prensa ni hablar de fútbol, lo que no me gusta es verme en dos páginas de diario cuando en Irak hay una guerra, cuando hay hambre en el mundo, cuando está ahí lo de El Carmel y mil historias más importantes”.

Y algo que bien se podría aplicar a todos los que han hablado de él con ligereza: “El problema es cuando no argumentas las cosas. A mí las etiquetas no me gustan, sino que intento argumentar lo que digo. Eso sí, si la gente no está de acuerdo con lo que yo pienso y no me respetan, pues no hay nada que hacer”. Pues eso.