“TE LO JURO POR MI PADRE Y POR MI MADRE MUERTOS”

Cuando te han pillado en una mentira, sueles insistir en que dices la verdad jurando por algo. Así parece que das credibilidad al tema. El que habla con el mentiroso piensa “si me lo jura por su padre, dirá la verdad”. Suele pasar en un país dominado por la cultura cristiana donde conceptos como el juramento y la culpa son sagrados.

Esta mañana Míchel Salgado ha mantenido una conversación telefónica con un amigo mío y para dar fuerza a sus argumentos ha dicho: “No me he peleado con Pablo García en el vestuario. Te lo juro por mi padre y por mi madre muertos”. Y mi amigo le responde: “Dime lo que quieras, pero no metas familia de por medio”.

Que jure lo que quiera. El cisma existente en el vestuario blanco es innegable. Incluso él, en plena conversación, confirmó que había tenido otros enfrentamientos con compañeros de equipo. Hay capillitas. Eso está ahí y hasta es normal cuando un equipo está en crisis.

El suegro de Míchel Salgado, cuando era presidente del Real Madrid, llegó a dar su palabra de honor para negar noticias que estaban a punto de producirse. Como es un señor sin palabra, le dejaron de creer, por muchas veces que la diera. Es como el cuento de las ovejas y el lobo. Al final, el pastor decía seriamente que venía el lobo y nadie le creyó. Así que el lobo acabó con el rebaño.