No tengo palabras para expresar la alegría que me transmitió al poder conocerla. Estoy hablando de Luci Lozano, la hermana de Manuel Lozano 'Lolo', un periodista de Linares que murió en 1971 y que el 12 de junio será beatificado en el recinto ferial de su ciudad. Al margen de cuestiones religiosas, de las que hablamos en privado y con la cámara apagada, encontré a una persona con una humanidad sin parangón. Si Luci es solamente la hermana, no quiero pensar en cómo sería 'Lolo', pero algo se le tuvo que quedar de él, ya que estuvo 30 años cuidándole, por esa larga enfermedad que tuvo el futuro beato.
De 'Lolo' apenas sé nada: el vídeo que hicimos mi equipo y yo para 'Andalucía Directo' (Canal Sur TV) y poco más. Pero sí puedo hablar de Luci. Estuvimos dialogando de todo lo que pudimos, incluso de mi agnosticismo. Es tolerante, culta y tierna. Es amiga y no es la típica abuela que te cuenta batallitas. A sus 85 años, que lleva magníficamente, es una mujer de hoy. "Que Dios me lleve pronto hacia 'Lolo", me decía ella ante la cámara, y llorábamos y nos abrazábamos. Déjeme ser egoísta con usted, Luci. Espero que tarde en dejar de existir. Porque así podré aprovechar su amistad el mayor tiempo posible.
No tengo palabras para expresar la alegría que me transmitió al poder conocerla. Estoy hablando de Luci Lozano, la hermana de Manuel Lozano 'Lolo', un periodista de Linares que murió en 1971 y que el 12 de junio será beatificado en el recinto ferial de su ciudad. Al margen de cuestiones religiosas, de las que hablamos en privado y con la cámara apagada, encontré a una persona con una humanidad sin parangón. Si Luci es solamente la hermana, no quiero pensar en cómo sería 'Lolo', pero algo se le tuvo que quedar de él, ya que estuvo 30 años cuidándole, por esa larga enfermedad que tuvo el futuro beato. 
De 'Lolo' apenas sé nada: el vídeo que hicimos mi equipo y yo para 'Andalucía Directo' (Canal Sur TV) y poco más. Pero sí puedo hablar de Luci. Estuvimos dialogando de todo lo que pudimos, incluso de mi agnosticismo. Es tolerante, culta y tierna. Es amiga y no es la típica abuela que te cuenta batallitas. A sus 85 años, que lleva magníficamente, es una mujer de hoy. "Que Dios me lleve pronto hacia 'Lolo", me decía ella ante la cámara, y llorábamos y nos abrazábamos. Déjeme ser egoísta con usted, Luci. Espero que tarde en dejar de existir. Porque así podré aprovechar su amistad el mayor tiempo posible.
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