Ahora, en pleno camino del Rocío, y sólo semanas después de haber hecho mi cobertura de la Romería de Sierra Morena, me asombra el seguimiento que pueden tener estos acontecimientos. Sus orígenes paganos se han ido vistiendo de religión a lo largo de los siglos y llaman a las entrañas, a lo puramente identitario. Será que no soy ni andaluz ni creyente, pero muchos no entendemos cómo la gente no hace huelga general por las barbaridades que va a hacer el gobierno con la clase obrera y cómo luego la Virgen de la Cabeza arrastra a 700.000 personas que evidentemente no caben en la foto que hay junto a estas lineas.
"El botellón de la virgen", como diría una compañera mía de trabajo, es analizado en el blog de Luis Miguel Fuentes con bastante mesura. Pues bien, le ha respondido una legión de personas insultándole y poniéndole verde por una columna que gustará más o menos, pero que está hecha desde el libre pensamiento, desde la inteligencia humana...
2 comentarios:
Javier, yo opino que estas personas se refugian no sólo en este tipo de acontecimientos sino también en el fútbol o en otros eventos de masas. Si se diera opción a manifestarse por los atropellos que está haciendo el gobierno o por este tipo de acontecimientos ganarían los fanáticos.
¿Los fanáticos de qué?
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