jueves, mayo 27, 2010

HISTORIA DE UN OJO MORADO (6)

Buenos días. Recien levantado. Pie fuera de la cama. Me lavo la cara. Me quito las legañas y me pongo la pomada, la de siempre. En la foto se nota la pomada recién puesta y la herida más marcada. Pero esto luce casi igual, ¿no? Me estoy tomando esta serie con constancia aunque reconozco que estoy un poco pesado ya. Incluso estoy un poco harto de mí mismo. Y además tengo hambre. Voy a desayunar...

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