Es difícil encontrar a alguien que no esté de acuerdo con que el equipo de Guardiola ha conseguido el 'triplete' con todo merecimiento, que es la mejor plantilla del mundo, y que practica un fútbol único. El juego del Barcelona es ambrosía, un manjar de los dioses, que se reparte de forma benéfica entre la afición más abundante del mundo para que todos estén saciados.
Tener a un madridista junto a tí cuando el Barça gana la Champions acaba siendo un juego de hipocresías. Me dice que se alegra porque es un equipo español, pero luego critica que sus aficionados exhiban la bandera independentista catalana cuando es una expresión política perfectamente tolerable. Te felicita con una media sonrisa, te intenta separar el fútbol de la política pero se queda en el intento, te reconoce la superioridad culé pero no del todo. "Te salén culés por todas partes", ha dicho esta noche un conocido comunicador radiofónico.
¿Pero qué es ser barcelonista sin catalanismo? Cuando no podías enarbolar la bandera catalana, sacar la de del Barcelona era el equivalente. Ahora se pita al rey y se apela a la independencia ¿Y un culé del resto de España?, ¿qué piensa? Pues se siente español pero al mismo tiempo tiene un punto de rebeldía. Si el Barça es más que un club, el barcelonista de fuera de Catalunya es más que un futbolero. El Barça une... y mucho.
3 comentarios:
Ningún madridista se alegra de que gane el Barça. Ni equipo español ni pollas en vinagre. De la misma manera, ningún barcelonista que se precie de serlo se alegra cuando el Madríd gana. Eso es así y, sinceramente, me parece perfecto.
Otra cosa es que no se felicite al campeón y bla, bla, bla.
"Tener a un madridista junto a tí cuando el Barça gana la Champions acaba siendo un juego de hipocresías".
Absolutamente de acuerdo.
Lo que no comparto es eso de la afición más abundante del mundo.
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