viernes, mayo 22, 2009

MÁS MAL GUSTO DESDE EL OTRO LADO


"¡Qué hijos de puta!". Esa frase es de Beatriz Rodríguez-Salmones, diputada del PP por Madrid. Los periodistas le preguntan por el famoso vídeo del PSOE para la elecciones europeas, habla en contra de ese vídeo y al final murmura "qué hijos de puta, ¿no?". Una cosa que hay que reconocer. Hay que poner la oreja en esas declaraciones a los 57 segundos. Pero la frasecita está grabada, los micrófonos se están retirando y las cámaras y mini-discs siguen funcionando.

Esta es la política que tenemos. Da vergüenza el vídeo del PSOE, la diputada Salmones y también la respuesta de una web de derechas, ¡que no del PP porque el contra-vídeo no está firmado por los 'populares'! En ese contra-vídeo vinculan al PSOE con Stalin y las dictaduras cubanas y de Corea del Norte. ¡Ole, ole y ole! Luego te encuentras otro contra-vídeo bastante más ponderado y razonable que también podeis ver a través de este blog porque tendré muchos defectos pero me gusta dar voz a todo el mundo.

En cualquier caso, estoy esperando una respuesta oficial del PP que vaya más allá del "hijos de puta" de la diputada Salmones. Y el debate ya está abierto. ¿Qué límites tiene la propaganda? Para mí, los del respeto. ¿En qué consiste esta crisis en Europa? En el sistema capitalista que no funciona. Es mi opinión, solamente.

Luego habría que echar de comer aparte a personajes como César Vidal o la revista 'Epoca', que han sacado en "rigurosa exclusiva" un estudio grafológico sobre ZP. Yo no sabía que el mayor experto de este país sobre la masonería también fuera un gran grafólogo. Según Vidal, estamos en manos de un señor con gran complejo de inferioridad.

Fíjate, fíjate. "Cuando se examinan las emes mayúsculas que figuran al inicio de la carta (“Mi”) y al final (“Madrid”), es fácil percibir cómo el monte, que va referido al yo, el de la izquierda, aparece trazado con una marca claramente inferior al monte de la derecha, que se refiere a los demás, a los otros. En ambos casos, puede verse cómo el autor del cuerpo de letra ve su yo situado por debajo de los demás. Significativamente, en el segundo de los ejemplos, ese sentimiento de encontrarse en un plano de clara desventaja con respecto a los otros". ¡Cuánto sabe!

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