LA MARTÍNEZ BORDIU Y UN KILO DE TOMATES

Me encanta el ambiente de la plaza. Tiene un no sé qué, un algo especial, un qué se yo, como diría el gran Javier Krahe, cuando le cantaba a la hoguera. Esta mañana, como sábado que es, me he dedicado a la casa, a la colada, a la plancha... y a comprar. Carne, pollo y fruta, como siempre. He estado con "el Toni y la Paqui". "El Toni" es un hombre alto, que no tendrá más de 40 años, espigado, gracioso, con un cierto aire a Carlos Faemino, culé hasta el fondo de su alma. "La Paqui" es su mujer, está buena y lo sabe, es una rubia de bote un tanto verdulera; bueno, realmente lo es; Toni también sabe que su mujer está buena y está muy orgulloso. "La Mari" es la hermana de "la Paqui" y normalmente es la más callada pero los mejores chistes son los de ella.

Hoy "el Toni" contaba que Carmen Martínez Bordiu, la nieta de Franco, había roto con el hombre aquel con el que estaba casada (no me acuerdo de cómo se llama), que sólo habían durado un año y que mira cómo aparentaban que al final han roto. "La Paqui", entre risas picaronas, decía que el año de matrimonio habrá sido muy intenso. Y yo le respondía que para intensos los 40 años que nos dió su abuelo. Luego pasábamos a la gran duquesa de Alba, esa de la voz melodiosa y los vestidos horteras, la poseedora de buena parte del campo andaluz, la explotadora campechana de cientos de jornaleros que posteriormente es condecorada por Manuel Chaves. Lógico. De señorito a señorito, y tiro por que me toca. Los señoritos de siempre, la duquesa de Alba, y los nuevos ricos, los señoritos socialistas. Bueno, pues a lo que iba. Uno de los que hacía cola conmigo preguntó qué era lo primero que sentía la duquesa de Alba cuando se quitaba el sujetador... "Qué frío está el suelo".

Me encanta el ambiente mañanero. El de fruta fresca y pan recién cortado. El de media con aceite de oliva (no siempre virgen extra) y tomate pasado por el rallador. Me encanta el bar Fígaro, cuando una chica que a las 10 de la mañana ya tiene la espalda doblada de fregar suelos me cuenta cómo es la película 'Dirty Dancing' y me enseña como bailan y a mí me cuesta un imperio beber el café con leche de la risa que me ha entrado. Y como Manolo y Jose, cada uno con su particular sentido del humor, ven pasar la vida desde su agujero, suponiendo que el resto del mundo sabe más que ellos. Lo que usted diga, señor. Usted sí que sabe...