lunes, enero 09, 2006

SE ACABÓ LA FIEBRE CONSUMISTA... Y EMPIEZA OTRA

He vivido las fiestas navideñas con la ilusión de siempre (ninguna) y los Reyes Magos con cierta preocupación. No sé si soy especialmente extraño, pero veo cada vez más consumismo alrededor mío. Es como si todos de pronto nos hubiéramos vuelto locos. Para definirlo mejor, es una fiebre absurda donde los regalos se dividen entre inútiles o excesivos. Conozco a unos carpinteros cuyo padre les fabricaba los juguetes, el otro día hablé con una amiga cuya cuna también era de fabricación artesanal... Son cosas que se están perdiendo.

Y ahora llegan las rebajas. Me hace gracia ver conocidos actores anunciando productos de saldo. ¡Pero quién en su sano juicio puede creer que Kim Bassinger o Andy García vayan de rebajas en vez de frecuentar tiendas caras! Es la publicidad que todos nos tragamos. Lo más divertido es cuando mi señora madre me compra cosas totalmente innecesarias porque vio una "oportunidad buena". En su opinión, claro... Como si todavía nos quedara dinero en el bolsillo, seguimos consumiendo por placer o por impulsos. Freud, vuelve y explícanos por qué pasa esto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No llames a Freud, él te daría una explicación que no te convencería en este momento.
Piensa que nos movemos por impulsos. Buscamos encontrar esas emociones que nos venden en los anuncios.
Necesitamos seguir a la masa (ello nos reconforta y refuerza la identidad del individúo y el vínculo social).
El ir de rebajas en busca de la gran oportunidad inútil es como una aventura, comparable a la de los héroes de la gran pantalla. Piensa en la sensación de todas esas personas revolviendo ropa y el momento de encontrarla.
Piensa en el orgullo y otras sensaciones que llegan a experimentar cuando exiben sus trofeos acompañados de la etiqueta con el precio e intentar provocar la envídia de otros.
Creo que si estuviera de moda el colgar una percha en la pared del comedor, como se exponían los grandes trofeos de caza mayor, más de uno tendría decorada su casa con bolsas y perchas de artículos como recuerdo del gran momento vivido en las rebajas de tal año.

Ah, de extraños somos unos cuantos.