Hace pocos días hablé con una persona muy cercana a Vanderlei Luxemburgo. Por motivos profesionales, estaba obligada a verle prácticamente a diario y me contó su particular drama cuando estaba a punto de ser cesado como entrenador del Real Madrid. Hay cosas que voy a omitir, pero sí puedo decir que en las semanas previas a su destitución Luxemburgo aumentó las horas que dedicaba al equipo, las gestiones, las reuniones... Incluso su vida privada se vio resentida, como es normal en una situación así. En cualquier caso, siempre se caracterizaba por poner una sonrisa a todo. Algo admirable, sin duda. Hace nada, hasta estuvo con Gaspar Rosety en un cena en el Mesón Txistu (¡cómo no!), donde también se dieron cita los protagonistas del culebrón ‘Pasión de Gavilanes’ (ver foto).
Muchos van a echar de menos a Luxemburgo. Incluso dentro del 'staff' técnico del Real Madrid hay quien le añora. Otros, de fuera del club, se van a dar cuenta de que tan malo no era, de que el problema viene de más arriba. Quizá sea cosa de un señor que se preocupa constantemente por la imagen, pero que no se ha parado realmente a pensar en que el error posiblemente lo haya cometido él. Es como si todos los informes que los técnicos hacen sobre determinados posibles fichajes se queden sólo en papel para reciclar, como si todos los billetes de avión que se utilizan y todas las habitaciones de hotel que se gastan en los ojeadores fueran dinero tirado, como si al final, con tanta estructura deportiva, sólo fiche uno.
2 comentarios:
No sé si lo compartirréis, pero este tal Marat tiene una ocurrencia genial respecto al Madrid. Lo recomiendo:
http://www.javierortiz.net/Telemarat/telemarat139.htm
¿A qué se dedica ahora Rosety? ¿A la promoción de espectáculos?
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