martes, enero 10, 2006

EL SENSACIONALISMO NO SIEMPRE ESTÁ EN EL PAPEL CUCHÉ

Intimidad y respeto. Estos son dos conceptos básicos que raramente se tienen en cuenta en el periodismo. Sé que es una historia un poco trillada pero es que, entre tanto gremialismo, veo que con estas historias no son todos los que están ni están todos los que son. Muchos periodistas del corazón tienen un sentido ético y profesional muy alto. Otros, tenidos por serios notarios de la actualidad política, no hacen más que crispar al personal con comentarios que traspasan la frontera del sensacionalismo. En el primer grupo me viene a la cabeza el ejemplo de Chelo García Cortés. En el segundo grupo estaría el ínclito Federico Jiménez Losantos.

Recuerdo las horas previas a la muerte de Jesús Gil, cuando los familiares del ex presidente del Atlético de Madrid entraban y salían del hospital. Los periodistas deportivos siempre hemos tenido fama de incultos, cotillas sin límite, sensacionalistas, poco éticos, etc. Pues bien, en la noche previa a la muerte de Gil, cuando su hijo Miguel Ángel Gil Marín salía del centro médico, los informadores acostumbrados al deporte le dejábamos ir entendiendo sus sentimientos. Sólo un grupo de periodistas del cutrerío le persiguieron hasta el coche con la pregunta imbécil "qué se siente" repetida hasta la saciedad. Gil Marín aguantó el tipo en silencio, sin mirar a la cara de esos que intentaban llamarse periodistas. Eran los del programa 'Aquí hay tomate' de Tele 5.

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