viernes, julio 23, 2010

NO SOMOS NADIE

Es el título de una de las mejores películas que he visto en mi vida, cuyo trailer promocional te dejo aquí. Y efectivamente yo creo que no somos nadie. Desde un punto de vista científico, cada uno de nosotros somos un grano de arena en el desierto, un eslabón en la evolución de la especie humana, una existencia orgánica que comienza en un determinado año y acaba en otro. Naces, creces, te reproduces (si quieres) y luego ese cuerpo que antaño señoreabas es un puro desperdicio, por muchas lápidas y fastos que se hagan.

Pero quizá sí seamos alguien, en el momento en que provoquemos sentimientos al otro, del tipo que sean, o en el momento en el que nos cultivemos a nosotros mismos, o encontremos a una persona especial que nos llene de vida, tenga el rol que tenga en nuestra existencia. La comunicación es esencial para que seamos alguien, pese a que nuestro tiempo sobre la Tierra seguirá siendo, como decía antes, ese grano de arena en el desierto. Sin comunicación entonces es cuando se demuestra la cruda verdad, que no somos nadie. La comunicación hace ilusionarnos sobre una realidad efímera.

Tenía un profesor en mi facultad que impartía clases de teoría de la comunicación y empezaba el temario del curso hablando de cómo las celulas entre sí necesitan comunicarse para cumplir su función. Nosotros, algunos futuros periodistas y otros tantos periodistas frustrados, nos mirábamos entre nosotros preguntándonos qué hacíamos en esa facultad...

3 comentarios:

Pilar dijo...

Pozí, el ser humano lo es en base a su interacción con el otro.

Unknown dijo...

Y luego resulta que los periodistas somos de los que peor nos comunicamos entre nosotros... o al menos eso me ha sucedido a mí siempre, cosa que ahora que lo pienso, tampoco tiene por qué ser regla general.

Buen post, amigo Lunaro.

Saludos,

Noelia
njimenez79.blogspot.com

yinyang mason dijo...

Los periodistas no somos buenos comunicándonos entre nosotros, no. Es una cuestión de empatía, quizá.