España es campeona del mundo. Vengo de verlo y celebrarlo en casa de unos amigos. Ahora, desde donde estoy, junto a mi balcón, que da a la catedral de Jaén, escribo estas líneas oyendo coches arriba y abajo, pitando, gritando y celebrándolo... Me va a costar dormir. La verdad es que me acabo de quitar la camiseta roja que he llevado todo el día para ponerme mi "pijama de verano". Estoy feliz por el gol de Iniesta y por su dedicatoria a Dani Jarque, el jugador del Espanyol muerto hace un verano, lo cual dice mucho en su favor. Pero en medio de esta alegría futbolera en la radio he escuchado un par de cosas que, para mí, son más sacar los pies del tiesto que otra cosa.
Ya comentan que estamos ante una especie de "victoria de todos", que "nos une" a todos los españoles, por encima de diferencias territoriales. Es decir, que con lo que hemos disfrutado esta noche, ya hay quien quiere hablar del más de un millón de personas que han reivindicado su derecho a decidir como catalanes. No sé lo que dirá mañana el tertuliano de radio y tele, ese tipo de periodista que cree saber de todo, sobre la sensación de unión que nos debe dar la selección española. En cualquier caso, es una estúpida mezcla de deporte y política, que no tenemos que poner en marcha si queremos debatir seriamente.
Y otra más: el presidente Rodríguez Zapatero ha dicho en la SER que "esto nos va a dar autoestima y confianza, sin duda". "En estos últimos 30 años España ha estado en la senda del progreso, del avance, de la modernidad, y nos vamos a levantar con fuerza". Ya ha aprovechado un triunfo futbolístico para meter su píldora política. Otra mezcla de deporte y política. Yo me siento español y soy muy futbolero. Es más, provengo del periodismo deportivo y de la narración de fútbol, una de las suertes más difíciles de la locución de radio. No soy ni mejor ni peor que otros, pero esta noche he disfrutado como español que soy... y como catalán que soy... pero no mezclemos unas cosas con otras. Y la última: no está mal el beso efusivo de Iker Casillas a Sara Carbonero en directo. Es más, me parece normal después de un mes de críticas y presiones... Expresar lo que sientes no es malo... pero utilizarlo en exceso puede serlo. Y no me refiero sólo a los protagonistas del "momentazo". Lo dicho, no saquemos los pies del tiesto.
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