Y el rey ha estallado. Lo sacó ayer 'El País'. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, reclama a Juan Carlos un "trato humano" a Federico Jiménez Losantos, el periodista que exige su abdicación. Todo ello en el marco del almuerzo de la víspera de la Fiesta Nacional del 12 de octubre. Atención a las frases del monarca: "¿Más trato humano que yo doy a todos? A todos por igual, sin discriminación". "Yo no tengo problema en recibir a la gente. Es a mí a quien tiene que dar un trato humano. ¿Pero esto qué es? Es intolerable". "Le he dicho a Rouco Varela que recen menos por mí y la monarquía y se ocupen más de la Conferencia Episcopal que controla a la Cope". "Si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma irá a la montaña".
En nada de lo que dice el monarca se aprecia resquemor alguno contra los jóvenes que queman sus fotos. Todo el mundo sabe quiénes son, no engañan a nadie, no sorprenden a estas alturas y forman un sector fanatizado. Sin embargo, lo que no entraba en los cálculos del monarca era que una persona ideológicamente más cercana le fuera a pedir nada menos que la abdicación. No voy a ser yo quien defienda a Jiménez Losantos, todo un terrorista de la palabra, un hombre que ha hecho mucho daño con sus mensajes, pero es curioso que el ciudadano Juan Carlos se haya acostumbrado demasiado bien a que le adulen y le rían las gracias. Ahora, cuando alguien de su cuerda le ataca, el rey se indigna. Como si criticarle estuviera prohibido.
1 comentario:
Estic molt d'acord amb el teu post, Javi. Molt bona anàlisi.
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