Hace tiempo que no hablo de fútbol y la verdad es que tenía ganas. Hoy he visto lo que ha hecho Robinho en el Bernabéu contra el Olympiakos. De entrada estaba claro que a Robinho ni le iban a tocar por haberse ido de juerga. Así que ahora es momento de la re-juerga. Ahí está Schuster para salvarle. Y si encima la pelotita entra, pues miel sobre hojuelas. "Creo que con Robinho tocamos el tono idóneo de cómo tratar el tema y al jugador; para ganarnos al jugador, con el que contamos para ganar partidos". Es divertido comprobar cómo los jugadores brasileños son todos iguales. Son díscolos, indisciplinados, egoístas, juerguistas... y encima si les echas la bronca eres el malo de la película.
Lo más sangrante es que Robinho encabezó la remontada del Madrid ante el Olympiakos. El Madrid estuvo sufriendo ante un equipo de 10, perdió durante la mayor parte del encuentro y el 4-2 final lo único que supone es que Robinho se llene de razones para hacer fiestas por todo lo alto. La re-juerga de Robinho puede ser en cualquier discoteca madrileña... y con el consentimiento del club. ¿Qué pasaría si yo en mi trabajo hiciera lo de Robinho?
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