EL RAULAZO

Así titula un periódico madrileño esta mañana. "El Madrid embalado hacia el título". Señoras y señores, bienvenidos a la semanita construida para tener entretenida a la gente que sufre la crisis, y ponerse nerviosos entre culés y merengones. Y el barcelonista medio, victimista por definición, no sabe si su tensión y su incertidumbre van a cruzar las paredes del vestuario del Barcelona para tambalear la confianza de los profesionales del fútbol. Es esa cúpula de vidrio que Guardiola ha sabido construir y que de momento le ha ido perfectamente. ¿Seguirá funcionando? El martes toca el Chelsea. El sábado, el Madrid.

Tres títulos a disposición del Barcelona. Al alcance de la mano. El equipo de Pep sólo debe jugar igual que siempre. Sólo hace falta que se aíslen y jueguen como saben. La Liga, la Champions y la Copa las tienen al alcance de la mano... pero nunca llegan. Es como cuando, en la mitología griega, Prometeo estaba atado al pozo y venía el agua desde abajo hacia arriba y al mismo tiempo las uvas de arriba hacia abajo, y muerto de hambre y de sed intentaba saciarse, y justo cuando todo llegaba, a Prometeo le desaparecía todo. Y entonces otra vez el agua empezaba a brotar desde abajo y las uvas desde arriba. Y vuelta a empezar. El estado máximo de felicidad deportiva que nunca llega por más que pongas...