Cuando el genial Jesulín de Ubrique tenía que explicar cualquier cosa con su ínclita pedagogía empezaba con la comparación "es como un toro que...". Pues para el Barça, aunque la cosa parezca fácil y jueguen casi de memoria, estar vivos en las tres competiciones es tan difícil como enfrentarse a un toro. La campaña habitual de los medios de Madrid para señalar que el prodigio deportivo del Barcelona es otra deliciosa historia a tener en cuenta. 'Marca' insinúa en su portada que el Barça debe ganar la Liga "por decreto". Vaya por dios. Iturralde anula un gol legal a Ersen Martin y ya por eso hay una especie de decreto...
A veces la diferencia no la marcan la calidad del juego ni el espectáculo sino la implicación de cada jugador o la disciplina. Simplemente se trata de saber dónde se encuentra cada uno, de dónde saca la nómina, quién te contrata, a quién te debes, dónde debes permanecer en momentos en que se te necesitará pese a que estás sancionado. El grupo, siempre necesario, y nunca suficientemente ponderado.
Sergio Ramos, que no pudo jugar ante el Valladolid por sanción, abandonó el estadio Santiago Bernabéu durante la segunda parte para asistir en Las Ventas a la corrida en la que su amigo el matador Alejandro Talavante se encerró con seis toros. La liga es el toro. La diferencia es cómo lo toreas. ¿Verdad, Sergio?
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