UN BAUTIZO POR LO CIVIL

He conocido a una pareja encantadora. Son padres jóvenes, de un pueblo de Jaén, de Torreperogil. Se llaman Francisco y Cristina. Y han tenido un precioso niño. Se llama Rubén. Y querían "bautizarle", pero no de cualquier manera. Se definen a ellos mismos como ateos, pero deseaban hacer una especie de fiesta para dar la bienvenida al niño. Y han hecho la primera "ceremonia de bienvenida" de Andalucía. Dicen que se hicieron otras tres en Catalunya y parece que el movimiento se extiende.

En ese acto civil se leyeron unos pocos artículos de la Declaración de los Derechos del Niño, un mínimo discurso, y se entregó un diploma. Nada más... y nada menos. Un inicio en la nueva vida del pequeño Rubén sin condicionamientos de ningún tipo. Ni religión ni nada. Que la escoja él si la quiere. En el pueblo ven el acto como algo extraño, pero en general la gente es tolerante. Y Cristina dice que no vive para los demás. Claro que sí. Rubén es el primero... de los muchos que van a venir.