Lo fácil es que si la has cagado echas la culpa a factores externos o a la mala suerte. Tú nunca tienes la culpa, tú nunca fallas, tú lo sabes todo, tú eres la leche, tú tienes las respuestas a todos los problemas, te crees con el derecho de aconsejar, juzgar y sacar conclusiones, eres capaz de todo. Bueno, de casi todo, porque aún te queda algo de modestia, lo cual te permite reconocer que a veces la cagas, una cosa que te da mucha grandeza.
La difícil es que si la has cagado te eches la culpa a ti mismo sin condenarte y pases de hablar de la mala suerte. Asumes tu responsabilidad, puedes fallar, eres ignorante en muchas cosas, dudas, tienes problemas y a veces no sabes por donde tirar, no eres nadie para aconsejar a nadie, para moralizar o para sacar ningún tipo de conclusión, y tienes limitaciones. Bueno, en tu grandeza, te desnudas y te intentas conocer a ti mismo y reconoces tus errores. Quizá a veces eres un poco cantamañanas, pero sabes lo que es la responsabilidad. Otros no.
1 comentario:
Lo increible de reconocer un error es... que no pasa nada (Salvo que seas cirujano cardiovascular).
Saludos.
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