domingo, marzo 16, 2008

UNA LECCIÓN DE VIDA

Jimena. Provincia de Jaén. Estamos hablando de un pueblo pequeño, tradicional y olivarero. En él viven dos hermanas, Juani e Inma. Ambas tienen dos tipos distintos de ataxia. En cualquier caso, desde muy jóvenes su cuerpo se ha ido deteriorando poco a poco. Un día su madre descubrió que Juani (la tercera por la izquierda) iba por la calle como torcida y que se caía. Ahora Juani está en silla de ruedas y tiene problemas de motricidad que le impiden coger cosas con las manos normalmente o articular bien las palabras. Inma (la segunda por la izquierda) es hermana suya y es más joven. Está un poco mejor que Juani y todavía, con esfuerzo, sube las escaleras de su casa para llegar a su habitación. Es muy coqueta. El día que las fui a entrevistar Juani me esperaba tranquilamente en la mesa camilla e Inma se acababa de arreglar con la ayuda de su sobrina. También estaba allí Martina, su madre. La señora ha tenido seis hijos, de los cuales dos tienen ataxias. Su marido murió hace tiempo y ella solita ha tenido que sacar adelante a sus dos hijas.

Ahora, gracias a la ley de dependencia, esa sobrina cobra un dinero, pero sólo por Juani. Inma no vale porque la administración considera que subir unas escaleras apoyándose a duras penas no la hace merecedora de verse incluida en la famosa ley. Con ellas he vuelto a descubrir que todos nuestros problemas están ahí y son reales, pero que al mismo tiempo son relativos. La de ellas es una lección de vida. He estado en un tenderete con la Asociación de Ataxias Hereditarias en el pueblo de Juani e Inma, en Jimena, y luego me he ido a comer con ellos. Allí estaban todos. Parejas con la mujer afectada y el marido en perfectas condiciones. Muestras de cariño, ambiente festivo y realismo. Inma recibe un regalo por su cumpleaños, hacen una alusión a su escote y ella responde con soltura y normalidad: "Para algo que me queda bonito...". Puedo dar fe de que tanto Inma como sus compañeras tienen muchas cosas bonitas.

1 comentario:

Unknown dijo...

Querido Javier:

Tu modo de contar historias es un auténtico lujo. Nos haces sentir esa persona de la que hablas. Vivir sus problemas. Ver lo que ve. Soñar lo que sueña. O lo que des-sueña.

Es increíble que los profesionales que cuentan con este don y lo ponen a disposición de los demás -llámense "audiencia", "lectores" o cualquier concepto equivalente- tengan un modo de vida tan precario.

Mucho ánimo, colega.