Acabo de ver uno de los partidos más bonitos de la temporada. Me refiero a la semifinal de la Copa del Rey entre Valencia y Barcelona en su partido de vuelta en Mestalla. La muestra clara del tono del partido es el gol del Barcelona, el 2-1 de Henry, que fue rápidamente respondido por otro gol del Valencia, gracias a Mata. Al final, 3-2. Un intento de remontada del Barcelona a la heroica en los últimos 15 minutos y un equipo culé que se ha quedado a las puertas de la final. Un gol más de los de Rijkaard hubiera cambiado las tornas.
Eso sí, no nos engañemos. El Valencia lo ha merecido porque ha planteado mejor el partido y ha jugado con una convicción y un orden que el Barça sólo ha tenido durante un cuarto de hora. Bueno, lo del orden ha sido ajeno a los culés. Por eso hace falta una limpia en el vestuario del Camp Nou. Los Ronaldinho y Henry tienen muy poquita implicación. Y aquel que no está motivado, aquel que viene a vivir del cuento, se tiene que ir a su casa. Porque si yo en mi trabajo hiciera lo mismo también debería hacer lo propio. La Liga de 2009 se gana en marzo de 2008. ¿Por qué digo esto? Pues muy fácil. Porque es en primavera de la temporada anterior cuando se empieza a planificar la temporada siguiente. Es ahora cuando Txiki debe hacer lista de descartes y fichajes. Y entre los descartes, el de Rijkaard. Sí, el de Rijkaard.
Pues eso, que la final de la Copa del Rey la jugarán el Valencia y el Getafe. Y con todo merecimiento.
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