miércoles, noviembre 04, 2009

¿Y SI NOS QUITAN EL FÚTBOL?

He buscado en el diccionario de la Real Academia una definición de populismo y parece ser que la palabra no existe en castellano. Lo que son las cosas. El sentido común, o "mi" sentido común, dicta que una medida llamada "populista" es aquella destinada a ganar la aprobación de los votantes, sin mirar más allá. Pero he querido profundizar algo.

Según el economista Rafael Pampillón, "el populismo es una combinación de ofertas desproporcionadas, por parte de los políticos y gobiernos, de incrementos del gasto público, nacionalizaciones de empresas privadas, proteccionismo, lucha contra el imperialismo, indigenismo, política de sustitución de importaciones, impago de una parte de la deuda externa y control gubernamental de los recursos naturales del país y su explotación".

Otro economista, el alemán Rudiger Dornbusch definió, en 1991, el populismo como "un modelo centrado en el crecimiento económico y la redistribución de la renta que presta menos atención a la estabilidad de precios, el equilibrio de las cuentas públicas y la inversión extranjera". ¿Se acerca esta última definición a las medidas impositivas que quiere tomar Zapatero sobre los deportistas multimillonarios?

Quizá sí. Recordemos la idea que defiendo el Gobierno en el panorama de crisis que nos rodea: reformar la 'ley Beckham' y elevar del 24% al 43% el régimen fiscal para extranjeros no residentes con rentas superiores a 600.000 euros, lo que afectaría especialmente a los futbolistas de élite en España. Con contratos ya firmados (un ejemplo es Cristiano Ronaldo, el de la foto, que sigue lesionado) no pasaría nada, pero sí afectaría a todos los nuevos fichajes que se hiciesen en 2010.

Se trata, en fin, de aumentar la presión fiscal en las clases más adineradas y dejarla casi como está en el pueblo. ¿Populismo? Sí y no. Sí, porque son medidas que apelan a la "redistribución de la renta", tal y como concreta Dornbusch, y que por tanto dan muchos votos. Y no, porque los clubes de fútbol ya han amenazado con parar la Liga y eso ya es más peligroso, ¡eso haría menos gracia al vulgo!, ¡ya dejaría de dar votos! ¡Pobre de tí, Zapatero si nos quitas el fúbol!

En el verano de 1995, el Sevilla FC y el Celta de Vigo fueron descendidos a Segunda División B por no presentar unos avales de previsión de deuda, tal y como obligaba la ley del Deporte. A partir de ahí, Sevilla y Vigo enteras se echaron a la calle. Ni el trabajo, ni la paz, ni la violencia... Nada moviliza más que el borreguismo futbolístico. Y tuvo efecto. Porque, en un alarde de administración chapucera, se parió para las dos siguientes temporadas un despropósito de liga de 22 que no se lo tragaba nadie.

¿Alguien se imagina un país entero en la calle protestando porque no hay Liga? ¿También surtiría efecto, como en el caso anterior? El Gobierno, en boca de su vicepresidenta segunda Elena Salgado, dice no tener miedo. Pero se pueden ir preparando porque la LFP va en serio y se puede liar la mundial en nuestras ciudades en la llamada "mejor liga del mundo".

La clave estará en el Congreso de los Diputados el martes de la semana que viene. La mayoría parlamentaria está hecha y todo está a punto. Desde mi modesto cubículo, creo que la subida de impuestos a los nuevos 'galácticos' a partir de 2010 tiene mucha razón de ser. Recomiendo encarecidamente la lectura del reportaje que publicó en 2007 el diario 'El País' con el titular "Futbolistas millonarios con impuestos proletarios".

La medida puede ser calificada como "populista" pero para mí no lo es. Este Gobierno juega fuerte, porque se enfrenta a un poder fáctico, que es el fútbol profesional. Zapatero tiene más a perder que a ganar: puede haber grandes revuelos en la calle o en estadios si lo clubes lo organizan mínimamente bien. Que nadie se engañe: algunos 'cracks' ya se encargan de no pagar a la Hacienda española porque confinan mucho dinero a paraísos fiscales y si en el futuro tienen que pagar más impuestos la factura la abonarán los clubes y a su vez las televisiones y a su vez los aficionados cuando compren partidos. De unos a otros, así rueda el balón. Ya se sabe. El fútbol es así.

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