Mi entorno ya sabe de sobras que donde quiero estar es en Jaén y trabajando ya, no en Barcelona, de médicos. Sin embargo, estar en Barcelona también tiene ventajas, como una buena cartelera, teatros... y la biblioteca Arús. Está en el Passeig de Sant Joan, cerca de Arc de Triomf, donde montaron la Exposición Universal de 1888.
La biblioteca se fundó algo más tarde, en 1895. Su responsable es uno de los primeros masones y filántropos catalanes, Rossend Arús. Durante el franquismo siguió funcionando, pero con dificultad. Allí, en ese lugar, muchas veces pido un libro sin criterio fijo. Eso sí, que sea muy antiguo.
Hoy ha estado en mis manos un volumen de 1848 escrito por un cura francés sobre cómo preparar la muerte cristianamente. Al margen de que no soy creyente, el libro me parece ingenuo. 'La mort chrétienne ou moyens d'aussurer la grace d'une bonne mort'. El autor es el padre Bellécius, un jesuita. El impresor era de Poitiers.
Yo ya me he hecho un pequeño resumen a mano del libro. Si a alguien le interesa, que me lo diga. Por cierto, luego hubo la presentación de un libro que mostraba un paseo por la Barcelona masónica. El acto estuvo presidido por el alcalde Jordi Hereu. Estas cosas sólo pasan aquí. Hablo de normalidad democrática a la hora de abordar hechos totalmente vigentes como la francmasonería.
2 comentarios:
¡Bueno, aquí tenemos un magnífico Museo Zabaleta en Quesada!
Lo que da un poquito de coraje que Quesada quizá tiene menos posibilidades de promoción que Barcelona...
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