Los periodistas somos la leche. Después de que el Barça se haya puesto a seis puntos del Madrid, ahora resulta que sí hay liga. Y todo porque el Almería marcó un gol fantasma y el Barcelona fue incapaz de marcar un gol al Osasuna hasta el minuto 87. Pero bueno, hay liga. Hasta que se le bajen los humos a un Barcelona mediocre. Hasta que Ramón Calderón se vuelva a subir al carro de la euforia y diga que es buena.
Y los medios de comunicación seguiremos vendiendo burras, para contarles a nuestras respectivas aficiones lo que quieren oír. Hasta que nos demos de bruces con la realidad. O hasta que el Madrid vuelve a pinchar. O el Barcelona se acerque. Y entonces Rijkaard volverá a hacer un cambio de esos raros. Aunque el que arriesga casi siempre gana. Y el que resiste también.
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