sábado, agosto 25, 2007

LA NECESIDAD DE SENTIRNOS SUPERIORES AL OTRO

Una anécdota de este verano. En la playa naturista de Barcelona. Detrás mío, se ponen unas chicas. Todas ellas textiles. Ni tan siquiera hacían top-less. De pronto, a pocos metros se sienta otro señor que iba vestido y con un aspecto un tanto desaliñado. Una de las chicas, que estaba a pocos metros del hombre, le dijo que se fuera de allí y le echó un puñado de arena. El hombre le echó una bronca impresionante y la chica pidió que la gente le defendiera.

Y yo le respondí que ella no era nadie para decidir si un señor, tuviera el aspecto que tuviera, tenía que sentarse en la arena. Vamos, que la playa no era suya. Enseguida surgió otro, nudista como yo, que se dedicó a soltar toda suerte de improperios al pordiosero.

Al final le echó y la chica encontró el "machito protector" que buscaba y los aplausos de la concurrencia. La gente en la playa tenía necesidad de marginar al inferior, de sentirse superior... y sacó sus frustraciones hacia fuera para hundir al débil.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Así de triste, javier, así de triste es la sociedad en la que vivimos.

Anónimo dijo...

Para nada me creo que las chicas, por el simple hecho de que el hombre fuera desaliñado, quisieran echarlo de allí. Y todavía menos, que así por las buenas, le echaran un puñado de arena.
El hombre en cuestión, además de desaliñado, estaría más cosas.