No sé. El Barça gana en el último minuto y el Madrid llora porque el árbitro le ha "robado" el partido. Si los equipos son lo suficientemente grandes tanto en juego como en mentalidad, no se recurren a esos argumentos. Que el Barcelona tenga que sufrir para ganar en casa al Mallorca y que el Real Madrid vea un partido en Santander como algo de vida o muerte significa que algo falla en esta Liga. Algo falla en la prensa también cuando en las portadas de los periódicos catalanes se habla de "gol de oro" o "gol de Liga" y cuando en la prensa madrileña directamente culpan al árbitro de una derrota del Madrid. No es tan simple.
Y en medio de todo esto, el 'caso Ronaldinho'. He oído muchas cosas y alguna de ellas bastante fiable. La vida privada del 'crack' está influyendo en su rendimiento futbolístico. Bueno, de hecho siempre influye, tanto si se cuida como si no lo hace, tanto si lleva una vida normal como si multiplica sus juergas. No seamos mojigatos: un futbolista debe salir, necesita válvulas de escape. El problema es cuánto sale, hasta qué horas, qué bebe y qué hace. Hay un punto de vista defendido principalmente por los brasileños: "es mi vida y yo hago lo que me da la gana". La respuesta es fácil: "es tu vida privada pero se te está pagando no sólo para que entrenes con suerte dos horas al día, sino para que rindas el domingo, y para que eso suceda debes llevar una vida tranquila". Por otro lado, los privilegios de Ronaldinho están resquebrajando el vestuario culé. La crisis puede estallar en cualquier momento.
Hace pocos días Gregorio Manzano hizo unas interesantes reflexiones sobre que se le exige a un 'crack'. Como se han convertido en máquinas de generar dinero, no sólo deben jugar, sino cumplir determinados compromisos publicitarios. Y entre tanto viaje y 'bolo', a veces no pueden descansar suficiente o dormir la siesta, algo más importante de que mucha gente cree. Según Manzano, se le está presionando excesivamente al 'crack'... y también se le está pagando excesivamente. No es mal punto de vista el de Manzano... pero el futbolista profesional sigue trabajando dos horas al día, con suerte.
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