martes, abril 24, 2007

FASCISMO: UNA ENFERMEDAD QUE SE CURA LEYENDO

Este domingo estuve en un campo de Segunda B y pude ver varias banderas de España con el pollo (perdón, fascistas, el "águila de San Juan"). Al mismo tiempo, había una pancarta donde ponía "Ultras" y otra con la leyenda "Vandals, repartiendo galletas", junto al dibujo de un 'skin nazi' dispuesto a imponer su ley por la fuerza, que es lo único que ellos conocen.

La semana pasada estuve en un pueblo donde había dos bandas enfrentadas. Una de simpatizantes comunistas y la otra cercana a Falange. Aunque en ninguno de los dos sectores había mucha cordura, los fachas le habían destrozado la vida a un pobre hombre anciano y minusválido que sólo se podía valer de su motocarro para salir de casa. Ahora, ni eso. A esta persona mayor también le habían destrozado la mitad de la fachada de su casa. Sin olvidar cómo le habían arrancado el pómulo a dentelladas a un chaval joven.

En Francia, este domingo, el partido de Le Pen ha sacado un 10,5 por ciento. La mayoría de los medios situan esa cifra en un fracaso para los fachas. Me llama la atención que 3.800.000 votos sea un resultado magro para un señor al que no debería votar ni su familia. Con esto quiero decir que el facherío sigue teniendo una gran fuerza y que no se puede despreciar ni la masa social que mueven ni las motivaciones que hacen que una persona de bien llegue a optar por un monstruo como Le Pen.

Desde mi modesto punto de vista, la ignorancia y la mentira son los principales aliados del fascismo. Conocer más y dialogar son dos armas poderosísimas contra los niñatos que van al fútbol con banderas fachas, contra los tipejos que 'acongojan' a un pueblo entero y contra los demagogos del Front National. El fascismo es una enfermedad que se cura leyendo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo no estoy tan seguro, sobre todo cuando se piensa que los peores jerarcas nazis eran tipos cultivados e inteligentes. Creo que ésta, una de las bases del humanismo clásico, es completamente errónea, y que de ello se derivan gran parte de los males del humanismo contemporáneo.

¡Hay que leer a Camus!

Salud

Anónimo dijo...

El fascismo destruye todos los valores humanos buenos, son una fuerza egoísta que lucha contra el Bien (sí, el Bien existe, no es una entelequia):
Causan daño, no son solidarios, no respetan, no permiten la libertad, etc.
En definitiva, van en contra de todo lo que fundamenta una sociedad pacífica, libre y equitativa. Van en contra de los valores humanos, éticos y religiosos, y aún así, tienen seguidores y votantes.
¿Es tan grande la fuerza del odio?

Jabalcuz dijo...

El fascismo hoy en día creo qe no existe, y en Francia tampoco. Solo unos pocos...muy pocos.

Lo que está de moda, y en Francia está a la vista, es que ha nacido una ideología con tintes fascistas, pero modernizadas y adaptada a los problemas actuales y que no es más que una RESPUESTA a una realidad abusiva. La inmigración, el terrorismo y tantas cosas son caldos que lo alimentan.

Recuerdo una entrevista a Manuel Canduela, presidente de Democracia Nacional, que decía que ojálá su partido se quedara con tan poco apoyo que no pudiera subsistir, porque éso significaría que los problemas que ellos denuncian estarían solucionados.

Habría que pensar en ello...

saludos

Anónimo dijo...

Para empezar, la violencia extrema actual existe tanto por grupos de radicales de derechas como de izquierdas. Segundo, no hay que mezclar los borrachos futboleros macarras con el fascismo, aunque se llenen la boca de consignas que no saben ni pronunciar bien debido a su falta de conocimiento de su propia lengua. Y tercero, pondría la mano en el fuego que si algun falangista auténtico hubiera estado ahí, no habría dudado en partirle la cara a quien se atreviera a atacar a un indefenso anciano.
Si quieres saber lo que es el fascismo falangista, lee a José Antonio Primo de Rivera, no te fijes en estos parias gandules y gamberros.

PD: No soy fascista, pero después de leer bastante sobre fascismo, puedo decirte que esta gentuza tienen poco o nada que ver con la doctrina fascista.