... PERO LA CRISIS ADEMÁS LA TIENE EL BARÇA

Parece que la palabra 'crisis' da miedo, pero conviene utilizarla porque supone un buen ejercicio de higiene mental. Y es que admitir las cosas es posiblemente el primer paso para solucionarlas. Desde el empate en el campo del Levante del 2 de diciembre, el Barcelona no juega como nos ha tenido acostumbrados durante mucho tiempo. Ha marcado el doble de goles de los que ha recibido, pero en los últimos nueve partidos sólo ha ganado cuatro, ha empatado tres veces y ha perdido en dos. No gana en Liga desde el 9 de diciembre.

Desde hace dos meses, Ronaldinho está más torpón, Puyol no juega con la misma rapidez de siempre o simplemente le dejan vendido, el centro del campo no es tan sólido, los contragolpes pasan por un lado y por otro como si no pasara nada, las bajas no son cubiertas con la eficacia de otras veces, las bandas no juegan igual, las transiciones no son tan rápidas como siempre... y Rijkaard rompe el vidrio del banquillo porque no le sale nada. Ver su cara de mala leche en los últimos minutos del Espanyol-Barça era todo un poema.

¿Qué le pasa al Barça? ¿Es un bloqueo psicológico? ¿Son los privilegios de sus estrellas? ¿Son las bajas? En teoría que Messi, Deco y Eto'o falten en el equipo no debería ser ningún problema, porque para eso estarían Iniesta o Saviola, por ejemplo (a Gudjohnsen mejor ni mencionarlo). Además, no es una cuestión de delantera, sino de contragolpes por sorpresa de los otros equipos y de huecos defensivos. Tras el baño de los 'pericos', no vale permitir vacaciones largas o descuidar la preparación física. O el Barça recupera la frescura o no gana nada este año. Al tiempo...