Me he levantado esta mañana con la noticia de la muerte de José Antonio Labordeta y he sentido dolor y tristeza. Lo digo en serio porque le conocí. Yo tuve la suerte de verle trabajar y de tratarle personalmente cuando hacía de corresponsal en el Congreso de los Diputados para COM Ràdio. Desaparece un alma creativa, luchadora y sabia. Desaparece un mundo. Desaparece un cantautor, un intelectual, un político que te hacía sentir envidia de Aragón.
Cada vez que se subía a la tribuna quería ser aragonés para ser representado por él. En ocho años, presentó más de 8.000 iniciativas parlamentarias él solito con un trabajo intensísimo que ya quisieran para sí grupos políticos enteros. Evidentemente quedará para el anecdotario su "a la mierda" dedicado a los diputados del PP que se reían de él, pero evidentemente hizo mucho más.
Ha escrito libros, ha creado, ha sido profesor y ¡hasta tenía un blog! Si viviéramos en el siglo XV, posiblemente Labordeta sería un hombre del Renacimiento, pero sin las pompas de la gente adinerada de entonces. 'El abuelo', como sus amigos cantautores le llamaban, supo tocar con particular ternura palabras como compañero. De hecho, compañero es mi palabra favorita. Compañero. "Canta compañero canta, que aquí hay mucho que cantar. Este silencio de hierro, ya no se puede aguantar".
Me revienta que los medios digan que ha muerto "por una larga enfermedad" en vez de decir con claridad, como decía él mismo, que tenía cáncer. Ahora estoy escuchando Aragón Radio y la programación está monopolizada por el recuerdo a Labordeta. Todos están llamando para pedir que el 'Canto a la Libertad' de Labordeta sea el nuevo himno de Aragón. Parece mentira que todavía no lo sea. Haz click aquí, escúchalo, y sabrás entonces por qué el 'Canto a la Libertad' podría ser no sólo el himno de Aragón sino el himno de todos.
Habrá un día en que todos
Al levantar la vista
Veremos una tierra
Que ponga libertad (bis)
Hermano aquí mi mano
Será tuya mi frente
Y tu gesto de siempre
Caerá sin levantar
Huracanes de miedo
Ante la libertad
Haremos el camino
En un mismo trazado
Uniendo nuestros hombros
Para así levantar
A aquellos que cayeron
Gritando libertad
Sonarán las campanas
Desde los campanarios
Y los campos desiertos
Volverán a granar
Unas espigas altas
Dispuestas para el pan
Para un pan que en los siglos
Nunca fue repartido
Entre todos aquellos
Que hicieron lo posible
Para empujar la historia
Hacia la libertad
También será posible
Que esa hermosa mañana
Ni tú, ni yo, ni el otro
La lleguemos a ver
Pero habrá que empujarla
Para que pueda ser
Que sea como un viento
Que arranque los matojos
Surgiendo la verdad
Y limpie los caminos
De siglos de destrozos
Contra la libertad
No hay comentarios:
Publicar un comentario