Con el futuro de la gente no se juega. Cada día en mi profesión se difunden todo tipo de rumores sobre lo que nos pasará. Es quizá lo contrario de lo que pasa con el fútbol. En los grandes equipos de Primera División se habla de fichajes, pero en las radios y en las teles se habla de despidos masivos. En el fútbol los sueldos son millonarios, y en los medios la miseria se extiende hasta llegar al salario cero, a lo que cobra un becario, que son créditos para la carrera de periodismo que estudia. Yo viví esa época, cuando se decidió dejar de pagar y que el "sueldo" fueran créditos. Me opuse en redondo, pero en aquella junta de facultad en la Autònoma de Barcelona, los que votamos en contra perdimos, por poco, pero perdimos.
Y ahora tenemos al 'precariodista' (ver la serie 'Ser periodista en España' de este mismo blog) y a los rumores que nos llegan con los calores del verano. Hay uno diferente todos los días. Tienes dos opciones: o meterte en tu burbuja de cristal o poner la oreja y llegar a la paranoia. Al final, me quedo en lo primero... aunque a veces el grito es tan fuerte que mi burbuja no es suficiente. Y me siguen contando cosas y yo quiero desconectar mis sentidos al exterior, porque, insisto, con el futuro de la gente no se juega.
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