No tengo derecho a la queja. Hoy trabajo en un día festivo local aquí en Jaén. Se trata de la patrona de la ciudad, la Virgen de la Capilla. Es la que los jiennenses llaman "la feria chica". Aun así estoy contento de levantarme para trabajar porque al menos tengo trabajo. En otras épocas me podría quejar, pero esta vez no. Nos quejamos de tonterías, de que llueve, de que hace frío, de que hace calor, de que el vecino es un pesado. ¡Pero tengo trabajo! A veces mi padre me recitaba un poema con bastante mensaje:
Cuentan de un sabio
que tan pobre y mísero estaba
que sólo se sustentaba
de las hierbas que comía.
¿Habrá otro, entre sí decía,
más pobre y mísero que yo?
Y cuando el rostro volvió
halló la respuesta viendo
que era otro el que comía
las hierbas que él arrojóEl autor es Calderón de la Barca.
Cuentan de un sabio
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