Miles de personas estuvimos ayer con 'Lolo' en Linares. Fue en la explanada ferial de su ciudad. Acto de beatificación. Muy pocos se sabían toda la liturgia, la mayoría la murmuraban porque tenían una creencia, algunos se santiguaban porque era lo único que sabían hacer desde una fe nada practicada, y otros nos limitábamos a levantarnos y sentarnos por nuestra ausencia de fe en nada sobrenatural.Pero todos quisimos vencer a la inmensa lluvia que cayó durante aquella hora y media porque queríamos a Lolo, a sus valores humanos y a lo que representa, lo cual va mucho más allá de toda consideración metafísica. La tarde que disfruté con mi futura suegra (lo contrario al tópico de suegra, lo puedo asegurar) y los segundos en los que pude abrazar a la hermana de Lolo, Lucía Lozano, pagaban con creces toda una tarde de chubasqueros, paraguas, inpermeables, barro y pies mojados. "Lolo se hubiera reído de todo ésto". Así titula el gran Poveda su pieza del diario Ideal.
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