Yo, que hace pocos días he glosado a Alan Parsons, Eric Woolfson, Mikel Laboa y Lluís Llach, no pensaba que saldría tan contento de un concierto de Valderrama. Ahora estoy escuchando sus discos y sigo prefiriendo el directo, no nos engañemos. Escojo el segundo, 'Moderna Tradición', que tiene más carácter propio y más raíz, por encima del primero, 'Alfileres', con el que debuta como cantante meramente melódico. El espectáculo, al margen de compartirlo con la mejor de las mujeres posibles, me reconcilió con nuevas lecturas del flameco. El recital me emocionó desde el principio, donde Valderrama se atrevió con 'Te recuerdo Amanda', de Víctor Jara. Luego vinieron los homenajes a su padre y paréntesis flamencos más ortodoxos que me encantaron. ¿Cómo puede ser que hace algún tiempo yo tuviera prejuicios contra algunas interpretaciones del flamenco?
A Valderrama lo conocí en la inauguración de un monumento a su padre en el cementerio de Torredelcampo. Supe entonces que había hecho 'casting' para ser reportero de 'Andalucía Directo' (Canal Sur) en la provincia de Jaén (mi actual dedicación profesional) y que él no había sido aceptado. Así que fuí un poco cohibido, pero me encontré con una persona afable y empática que, una vez hecha la entrevista, me dijo: "Para mí has pasado el casting".
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