lunes, junio 14, 2010

SANDRUSKU PRESIDENTE, LAPORTA POLÍTICO

"¡Sandrusku!, ¿estás vivo?”. Así sonaba Laporta en la salida del estadio de Riazor tras un vibrante partido en que el equipo culé había ganado al Depor por 2-3 en febrero de 2004. Era una de las primeras hazañas deportivas del Barça de Ronaldinho, en una liga que después ganaría el Valencia, pero que fue la antesala de la buena época Rijkaard-Ronaldinho… y de la buena época Laporta-Rosell. Eran otros tiempos, Joan Laporta (Jan, para los amigos, y Sandro era uno de ellos) era presidente y Sandro Rosell ejercía con bastantes poderes la vicepresidencia del Barça. El excelente reportaje ‘FC Barcelona Confidencial’ de Canal + y TV3 (ver minuto 7 de este enlace) reflejaba al cien por cien esa buena relación. A la salida de Riazor, la primera llamada, a Sandrusku, que no había podido ir. “Sandro, ha sido insuperable”…

Quizá, tras la arrasadora victoria electoral de Rosell, su ex amigo Jan le podía haber felicitado justamente con esa frase. “Sandro, ha sido insuperable”. Pero Laporta, en la sala París de las instalaciones del Barcelona, estaba como escondido. Estaba mezclado en un margen, entre cámaras y periodistas, mirando la comparecencia triunfal del que se largó por la puerta de atrás, con cara de palo y alguna sonrisa forzada. Le felicitó en medio del pasillo, sin subir a la tribuna de oradores ni buscar una foto que legitimara institucionalmente el traspaso de poderes.

Rosell ha arrasado por el mismo motivo por el cual Laporta barrió en su momento. Porque el “soci” está quemado. Y no me refiero al aspecto deportivo, obviamente, sino a la situación institucional del club, inmerso en un estado de peligrosa provisionalidad, por no decir de vacío. Laporta se ha creído el rey del mambo y eso no es barcelonista. Y, en uno de los únicos grandes clubs del mundo en los que todavía el socio puede decidir su presidente, eso se paga caro. Que el “soci” esté quemado con determinadas actitudes hace que la balanza se incline descaradamente por el más discreto e inteligente, por aquél que defiende un comportamiento más democrático. El resultado lo dice todo: 35.021 votos para Rosell contra 6.168 para Ferrer, el candidato de Jan, el candidato anti-Sandrusku.

Ahora le toca a Laporta. No sé si seguirá con su incipiente carrera política o si volverá a su bufete de abogados. Su página web, cuyo lema es un explícito "ahora toca servir al país", no felicita a Rosell por ningún lado. Quiero pensar que su webmaster no ha actualizado la página esta mañana. Espero que lo haga a lo largo del día. Yo ya he hecho lo propio con mi blog... En cualquier caso, le deseo suerte a Joan Laporta en su nueva carrera política. La va a necesitar...

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