RUBIANES MERECE UNA CALLE Y LOS HUMORISTAS UN BARRIO ENTERO

Ellos nos hacen reír. Y nos salvan de momentos difíciles. Yo soy un ejemplo. Cuando era víctima de 'mobbing' en una radio ya desaparecida, mis sesiones de gimnasio para machacarme y mis monólogos de Andreu Buenafuente me hacían ver la vida desde mi atalaya, sin las tensiones que tenía que aguantar cada tarde de un tirano. Mi rutina era levantarme, ir al gimnasio, hacer recados, a las 15 horas en la radio, salía a eso de las 21, cenaba, y a las 12 era un gustazo ver 'Buenafuente' cuando se emitía en Antena 3 (La Sexta ni existía). Ellos, desde 'El jueves', los programas de monólogos o una buena noche en el teatro, son los que nos salvan la vida y los que consiguen que nos riamos de nosotros mismos.

Pero voy a hablar de Pepe Rubianes porque desde el homenaje del pasado 8 de junio he tenido ganas de dejar algo para él en este blog y nunca he tenido el momento... por mil motivos. Yo le conocí en Tarragona, le hice una entrevista en el teatro Metropol horas antes de que comenzara su espectáculo y descubrí a una persona que te miraba a los ojos. Eso hoy es muy importante. Con tanta falsedad, un tío que dice lo que piensa, sin más, es fantástico. No nombraré lo del programa de Albert Om porque creo que su talento va mucho más allá.

Empiezo a colgar vídeos. Aquí se resume el homenaje que le hicieron con el Palau Sant Jordi lleno "hasta la bandera". Quizá el mejor momento del espectáculo es el de Carlos Latre donde en 10 minutos parodia a todos los grandes humoristas que están "en el cielo". En la vida artística de Rubianes hay fragmentos irrepetibles como el este trocito de 'Solamente', o como cuando nos sorprende a todos los adictos a 'Polònia' con la suplantación que hace al presidente de la Generalitat, o como esta selección de entrevistas con Andreu Buenafuente.

Bueno, creo que doy material de sobras para echarnos cuatro risas. Me quedo con la promesa del alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, donde dice que Rubianes tendrá un espacio público dedicado a él. A ver si es verdad... porque en un país lleno de calles dedicadas a generales 'fachas' no vendría mal que también estuvieran los artistas.