El atentado de ETA de esta mañana y la muerte del inspector de policía nacional Eduardo Puelles García ha originado lo de siempre, la respuesta mediocre de los políticos de esta pantomima de sistema. "Condenamos el atentado" y "les vamos a derrotar". Sí, ¿pero cómo? ETA es lamentablemente una forma de vida para mucha gente, se ha documentado que sus tentáculos llegan incluso a negocios y empresas. Viven de la sangre y casi se nutren de ella, en nombre de un pueblo que en su mayoría les odia. No somos una democracia. Lo comentaba hace poco a propósito de lo injusto de la ley electoral, pero al mismo tiempo tenemos un grupo terrorista que tiene atemorizada a mucha gente. Somos un país ridículo y anormal en el entorno de Europa y con unos políticos sin respuestas, hundidos en la mediocridad. La respuesta de la izquierda 'abertzale' era "negociemos". Y la última respuesta ha sido una conversación de Arnaldo Otegi con Jordi Évole 'Follonero'. No salen de ahí. No hay manera. Y yo defiendo la negociación pero los tres intentos han fracasado con gobiernos centrales de diferente signo. En TVE lo decía Jordi Vilajoana (CiU): "Me lo comentó un amigo mío, vasco, que cuando ya tienes resultados te tiran el camión encima". Llamémosle camión o llamémosle T4. Y yo defiendo el derecho a la autodeterminación pero es que estamos hablando de vidas humanas, de un padre que deja a una mujer a dos hijos. A ETA y sus dirigentes habría que ponerles la canción de Lluís Llach 'L'estaca' para que se den cuenta de que 'L'Estaca', que iba dedicada a Franco y que fue compuesta hace más de 40 años, ahora podría ir perfectamente dedicada a los fascistas vascos: a ellos, a ETA. Es la triste historia de un poste que está en medio de la plaza del pueblo; simboliza la dictadura y todo el pueblo intenta tirar de él para partirlo, pero como dice su letra "quan la força se me'n va, ella és més ampla i més gran". Si quieres leer la letra en castellano haz click aquí y si quieres escucharla en concierto aquí tienes el enlace correspondiente de un recital en Rivas Vaciamadrid en 2004. 'L'Estaca' creo que debería ser un símbolo ahora más que nunca porque ante una clase política mediocre estamos nosotros, la gente. No tendremos nada que hacer. Si no hay gente que se eche a la calle. Si la gente no se une mirándose a los ojos, sin miedos. Si hay un solo vecino que se chive a quien no hay que chivarse de a qué hora sale de casa "el objetivo", como dicen ellos... "Si estirem fort ella caurà i molt de temps no pot durar, segur que tomba tomba tomba (...) i ens podrem alliberar".
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