Vaya por delante que Saddam Hussein ha sido un dictador sanguinario que reprimió sin piedad a su pueblo, acabó con la vida de 148 chíies y no dudó en gasear a miles de kurdos. Ante eso, la justicia de su país ha decidido mandarle a la horca y esta madrugada han cumplido su palabra: Saddam Hussein ha dejado de existir.La pregunta, por la tanto, es quién va a dar ahora lecciones de democracia. Estados Unidos, el país que invadió Irak, celebra la ejecución del dictador en nombre de la tan cacareada y prostituida democracia. La pena de muerte es justamente la antítesis del sistema de libertades que algunas potencias occidentales quieren exportar a Irak. Si el Estado decide sobre la vida de una persona, sea quien sea, ¿de qué libertad estamos hablando?
Todos los comentarios serán bienvenidos. Estoy haciendo 'zapping' entre diferentes canales internaciones de noticias y veo sorprendido como la mítica BBC no hace más que hablar de los crímenes de Saddam Hussein, como celebrando su ejecución. Es lo mismo que está haciendo la CNN y la NBC. La francesa TV5 está tocando todos los aspectos, desde su oscuro período en el gobierno iraquí hasta las irregularidades del proceso que ha conducido a Saddam Hussein a la horca. Hasta ha sonado la voz de uno de los abogados de la defensa. Euronews ahora está siendo bastante objetiva, pese a que hablar de objetividad en estos casos es utópico. Por cierto, las imágenes de la ejecución van a ser difundidas muy pronto, así que todos los morbosos ya pueden disfrutar.
3 comentarios:
Pues te voy a ser sincero: me alegro muchísimo de su muerte, aunque no de la forma en que lo ha hecho. ¿Por qué? Porque Sadam Hussein es un genocida, pero la pena de muerte, como muy bien dices, es la antítesis a nuestro sistema de libertades.
Iba a hacer un artículo sobre esto, pero con lo del atentado de ETA...
De todas maneras, FELIZ ENTRADA DE AÑO
Me resulta repugnante la ejecución de Saddam y me me parece escalofriante que un acto de este tipo se pueda celebrar. Esto me sigue confirmando que somos los animales más salvajes que existen, recurriendo a la pena de muerte y, además, haciendo de ello un espectáculo.
A mí no me entra en la cabeza que un ser humano, en nombre de la justicia, pueda disponer de la vida de otro ser humano.
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