Me ha costado mucho ponerme a hacer este pequeño texto. Después de hacer un montón de cosas antes y justo antes de irme a la cama reúno ánimo para hacerlo. No tenía ganas de expresar mis sentimientos sobre la situación en este punto porque considero que estamos en un momento delicado. Ni malo ni bueno, simplemente delicado.
Soy optimista, pero con moderación, y siempre hablando de nuestro caso. Y soy pesimista, pero también con cautela, sobre el futuro de la profesión. El paso del periodista profesional al becario, la transición entre el especialista y el multimedia ('multimierda' dicen algunos), la flexibilización salarial (dicho de otra manera, cobrar una miseria)... Son realidades que siguen ahí y seguirán mucho tiempo.
Hasta que no se ponga negro sobre blanco cuál debería ser la situación, hasta que no se apruebe el Estatuto del Periodista, no veo yo que la cosa mejore. No veo que los vientos políticos corran por allí. Eso sí, siempre queda movilizarse y eso es un derecho que nadie te puede quitar. Nosotros hemos sido precursores. ¿Quién nos sigue?
1 comentario:
Mal está la cosa en esta bella profesión.
Un abrazo y adelante.
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