Y las chicas más jóvenes y bellas, minifalda y tanga en ristre, tendrán que ser ayudadas por alguna amiga que las cogerá por la frente para que echen las uvas, la cena y la recena lo más rápido posible. Las caras alegres y pintadas como una puerta y los vestidos de brillantina, se volverán en palidez, lápiz de labios corrido y ropa descosida porque la compraron en el Zara. El amanecer de Año Nuevo para estas lindas damas oscilará entre lo patético y lo "friki". Amanecerán en una casa desconocida sin saber ni con quién han estado ni qué han hecho y con la única seguridad de un señora resaca.
Todo en nombre de un año nuevo donde esos jóvenes serán un poco más ignorantes que en el anterior, seguirán dando patadas al diccionario en un examen y quedarán absorbidos por las redes sociales, las tablets y las libertades disfrazadas de falsos ideales. ¿Y sus padres? Algunos trabajando y otros no, pero sin salir a la calle a protestar y sin hablar con sus hijos e hijas, muchas de los cuales se verán obligadas a alumbrar nuevas vidas no deseadas.
Las alfombras o tapices de nuestros hogares deben ser sustituidos por los vómitos de los “cuñaos” de turno en medio de matasuegras y serpentinas. Las calles se inundarán de bilis que a lo largo del día se hará sólida. La labor encomiable de los trabajadores de limpieza de los ayuntamientos consistirá entonces en ponerse una máscara para repeler olores de desórdenes estomacales.
2 comentarios:
lunaro hecho de menos el tema de la leche muuuuuu
échalo con h....así a lo mejor te hacen caso...
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