
"El que quiere interesar a los demás tiene que provocarlos". Eso lo decía el genial Salvador Dalí. Hace años de eso. Esta misma noche, en el programa 'Noche Sin Tregua', del canal Paramount Comedy, he visto a otro gran provocador, a Leo Bassi.
A Bassi le han llamado "payaso" de forma despectiva en mil ocasiones cuando realmente es un hombre procedente del mundo del circo. A Bassi le han amenazado de mil formas posibles y lo último le ha caído del fascismo ultracatólico por su último espectáculo, 'La revelación'.
Yo no he visto lo último del cómico italiano, así que no puedo hablar, pero he ido ya tres veces a ver otros montajes de Leo Bassi y me parece un artista simplemente genial. De lo último que ha pasado, Bassi ha dicho en su web: "He actuado con este mismo espectáculo en Alemania Portugal Francia Italia y Brasil y en diversas ciudades de la península ibérica y es la primera vez que me toca subir al escenario protegido por agentes de la policía nacional y empleados del teatro tan asustados que lloraban".
En cualquier caso, necesitamos provocadores como Leo Bassi o como tantos otros. Sólo los provocadores nos agitan y remueven nuestras conciencias. La catarsis, la autocrítica y el saber reirnos de nosotros mismos son hábitos sanos e higiénicos. Leo Bassi dice sentirse a gusto en España porque éste es de los pocos países donde cultivamos el humor negro. Algunos dirán que lo que hace es de mal gusto, otros decimos que personas como él son necesarias.
Un apunte: Si queréis saber más de la obra, tenéis tres pequeñas críticas en Notodo.com, Madrid Diario y la web del Teatro Alfil.