Soy de Barcelona, pero he vivido en Jaén, Madrid, Andorra, Reus y Londres. Me siento aventurero ya que he hecho de todo y tengo todo por hacer. Me mueven los valores de laicidad, tolerancia y respeto. Me siento átomo en medio del universo. Deseo la libertad, la igualdad y la fraternidad. Bienvenidos a mi blog. Está abierto a todos vuestros comentarios.
jueves, diciembre 12, 2013
¿PERO QUÉ SE ESPERABAN DE ESTOS?
Ahora los cimientos del Congreso de los Diputados tiemblan por una pregunta doble que plantean casi dos tercios de los representantes del Parlament de Catalunya: Convergència i Unió (CiU), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Iniciativa per Catalunya Esquerra Unida (ICV-EUA) y las Candidatures d’Unitat Popular (CUP). Será el 9 de noviembre de 2014 con una pregunta doble. La básica es esta: “¿Quiere que Cataluña se convierta en un Estado?”. En caso de respuesta afirmativa, la segunda pregunta es: “¿Quiere que sea un Estado independiente?”. Y entonces es cuando los demócratas de toda la vida se suben por las paredes. Si los partidos favorables al derecho a la autodeterminación de Cataluña planteaban una pregunta en el próximo referéndum, ¿qué se esperaban que tendría que pasar?
Las cosas claras y el chocolate espeso. En el diccionario de la Real Academia Española (RAE) la definición de Estado para este caso es: “En el régimen federal, porción de territorio cuyos habitantes se rigen por leyes propias, aunque estén sometidos en ciertos asuntos a las decisiones de un gobierno común”. Y en caso de dar el sí a ese concepto en la primera pregunta, ya hay otra cuestión aún de más calado, la de la Independencia. “Libertad, especialmente la de un Estado que no es tributario ni depende de otro”. Claro, conciso y correcto. No hay nada más que decir.
Está claro el oportunismo de convocar la consulta el 9 de noviembre, dos meses después de la Diada, que conmemorará 300 años del sitio sobre Barcelona de los Borbones justo en el 11 de Septiembre. A partir de ahí, gran campaña nacional y “Visca l’Estat Català”. Son dos tercios de la cámara catalana y tienen la sartén por el mango. Yo, como empadronado en Cataluña, votaré lo que opine y acataré lo que diga la mayoría de los catalanes con derecho al voto, que es lo que tendrían que hacer los políticos y la sociedad española. ¡Faltaría más!
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