LA MUERTE DE UNA FAMILIA POR POBREZA ES UNA VERGÜENZA NACIONAL

Un padre es fontanero y se queda en paro. Hay mujer e hijos, pero lo que no hay es dinero. Los ingresos caen y el trabajo falta y al final el padre tiene que buscar en los contenedores de basura la comida que tiran los supermercados porque caduca. Aparecen muertos en su casa, parece ser que por una intoxicación alimentaria. Se salva una niña pequeña que, si nadie se encarga de ella, va a quedar en un estado de orfandad más que peligroso para su desarrollo. Al final la caridad de algunos vecinos no fue suficiente.

Esto ha pasado en Alcalá de Guadaíra, cerca de Sevilla, pero el lugar importa poco. Lo que interesa aquí no es el dónde, sino el qué y sobre todo el porqué. Esto ya no es cosa de inmigrantes, la culpa no la tienen ellos, sino que nos está pasando a nosotros, a los españoles. Alguien me llamará demagogo, pero me da igual. Si no se malgastara el dinero en la Corona, el Senado, la delegación del Gobierno de España en Sevilla, las delegaciones de la Junta de Andalucía en cada provincia y las Diputaciones Provinciales, hubiera habido dinero de sobra para dar trabajo a esta familia.

A los que hemos hecho o a los que hacen televisión solidaria se les ha criticado mil veces por hacer la lágrima fácil en las pantallas, una diputada de Izquierda Unida pide la supresión de ‘Tiene Arreglo’ en Canal Sur, y asociaciones de trabajadores sociales también quieren fulminar a ‘Entre Todos’ en TVE. ¿Si lo consiguen qué va a pasar? ¿Quién se va morir después de hambre? ¿Qué hará la Junta de Andalucía, con su falsa izquierda? ¿Qué harán los trabajadores sociales al margen de esperar que la Junta les dé trabajo? ¿Se presentarán los pobres en los despachos pidiendo justicia? ¿A dónde irá el hambre? ¿Quién va a pagar por todo esto?