DE TOROS Y DE ROMERÍAS

Es domingo. Momento de ordenar la casa, limpiar y marujear. Son muchos días sin actualizar mi blog. Quizá lo estoy descuidando demasiado, tanto mi propio blog como los de los demás. Me da un poco de rabia, pero el tiempo, ese bien tan preciado, está cada vez más entregado a mil menesteres. Esta semana ha sido completita. Lunes, con los Globe Trotters. Jueves, en Beas de Segura, con el 'toro ensogao'. Viernes, de romería.

Lo del toro me tiene un poco dubitativo. Una parte de mi cerebro se muestra contraria a hacer fiestas con animales. En la otra veo que la gente se divierte con el toro y que al toro realmente no le hacen nada: tan sólo le sujetan por los cuernos con una soga para que no dé cornadas. Tras dos años seguidos en Beas, la verdad es que me lo he pasado muy bien, para qué engañarme. Este año le he dado una vuelta de tuerca al asunto. Como en las conexiones que dí no había toros, o había vaquillas con poca envergadura, opté por caerme yo al río, pero en este caso con toda la intención y no como el año anterior. Es decir, que me tiré. Las pruebas están en este enlace. El 'directo' en cuestión es a las 19.40 del pasado jueves.

Y en cuanto a la romería de la Virgen de la Cabeza, sigo pensando que todo es una mezcla de devoción mariana y de ganas de juerga. El padre Domingo, el rector del santuario de la Virgen de la Cabeza, insiste todos los años en poner el acento en la religiosidad. El viernes pasado compartí un tiempo con la vice hermana mayor de la cofradía matriz y su marido y me preguntaban si iba a hacer el camino. Yo les dije que no, que no tenía que trabajar, que tenía una comida turca con unos amigos al día siguiente y que me interesaba más. Lo entendieron. En cualquier caso, yo no sé si la religión es lo de menos, o si la importancia de la juerga es menor, y si hay excesivas ganas de figurar.