GOBERNAR LA MANERA DE SER DE LOS DEMÁS

Últimamente han llegado muchos comentarios a este blog sobre mi manera de ser, una materia que para mí es interesante pero que no pensaba que despertara tanta inquietud entre según que gente. Lo que no es más que una reivindicación de mi mismo y sobre todo del "hombre normal" (ver columna de la izquierda) se ha convertido para algunos en un ejemplo de chulería y de prepotencia. Os recuerdo, además, que este blog no es 'El País', sino mi página personal y, por ello, lo que viene escrito son cosas personales.

Además, me resulta llamativo que haya gente que se crea con el derecho de gobernar la manera de ser de los demás, en lugar de respetarlo y punto. Sobre eso tengo algo de experiencia y en estos últimos meses he ganado en tolerancia hacia los demás y hacia mí mismo. Me preocupo de lo que realmente importa. El trabajo sigue ocupando una parte importante en mi vida (¿cómo no?), pero afortunadamente no es lo único.

No solamente la amistad forma parte de mi tiempo, sino nuevos alicientes que me he creado, como mis clases de francés o mi formación masónica. Lo más curioso es que estoy haciendo cosas que antes siempre posponía para más adelante. Ahora he visto que aplazar lo que deseas es tiempo que nunca recuperarás, una pérdida irreparable.

Y una última cosa. Algunos comentarios de la noticia sobre Érika Ortíz parecen nacidos del resentimiento y la impotencia, pero me parece bien que estén ahí. Como sabéis, aquí no se censura nada, a menos que haya insultos, así que podeis seguir escribiendo lo que os venga en gana. Agradezco todos los comentarios que estais dejando, tanto si son favorables como desfavorables.