Hoy me he sentido atraído por la muerte. En Linares, han abierto al público por primera vez en catorce años una cripta perteneciente a los marqueses de Linares y una capilla que está justo sobre esa cripta. Todo en el marco del antigo Hospital de los Marqueses, un edificio que visto de frente impresiona y mucho, por su aspecto fantasmagórico justo antes de entrar.Pues bien, una vez subes las escaleras y pasas por la puerta encuentras una capilla que no tiene nada de particular, salvo que era utilizada por los marqueses hace algo más de un siglo. Y justo debajo del altar está la cripta, con dos impresionantes esculturas de los marqueses de Linares yaciendo boca arriba. Un mausoleo espectacular.
Y en ese momento, cuando he pensado que ahí dentro estaban los restos mortales de dos grandes benefactores sociales de esa zona, he sentido mucho morbo y atracción por la muerte. Y me han venido a la cabeza las preguntas de siempre, y con las respuestas de siempre, que me dicen que no hay nada después de nuestra desaparición.
Decía Freud que sentimos atracción hacia el 'eros' (sexo) y el 'tanatos' (suicidio) y que entre esas dos pulsiones se manifiesta nuestra libido. Sé que Freud no está muy de moda y la psicología actual se ajusta a otras formas de pensar, pero el filósofo austríaco no va desencaminado. Que nos atraiga el sexo no es nada que se salga de lo común. La atracción por la muerte sucede, por ejemplo, cuando nos ponemos a escuchar música de un cantante famoso cuyo fallecimiento hemos conocido hace poco, por poner un ejemplo. Nos movemos entre el 'eros' y el 'tánatos'.
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