sábado, julio 15, 2006

SACAR UN MUERTO POR LA TELE (2)

Menuda semanita he tenido. He visto dos muertos en un espacio de cinco días. Esta última experiencia ha sido bastante más dura humanamente y más viva desde el punto de vista informativo. Se trata de la desaparición de una señora de 74 años de Linares que acabó con su fallecimiento.

La historia comenzó ayer a mediodía, cuando estábamos grabando una entrevista con su nuera. Hacía lo habitual en estos casos: explicar cómo desapareció, enseñar su foto, etc. En medio de la entrevista un hombre irrumpió en casa para avisar de la aparición de la matriarca de la familia, Antonia Lanza. Nadie sabía en qué circunstancias se encontraba. Nos encaminamos todos a un cortijo, llegamos al olivo donde la encontraron y allí estaba... muerta.

¿Cuál es el criterio informativo? Pues el de siempre. Planos muy muy generales y algún plano detalle no demasiado explícito, como un pie o una mano. Y siempre situar la cámara lejos para que la familia no se sienta molestada. Fuimos los primeros en llegar (descubrimos el cadáver junto a la familia) pero a la media hora apareció un personaje que estaba dispuesto a pegar la cámara al cuerpo sin vida de Antonia. Me preguntó "¿se puede grabar?" y yo le respondí "depende de tu criterio". Tal cual.

Una hora después llegó la Guardia Civil, que no había hecho prácticamente nada en la búsqueda de la mujer desaparecida (dicho sin diplomacias, nada de nada). "Usted, apague la cámara". Lógicamente no la apagamos. Dos horas y media después aparece la forense. "Usted, apague la cámara". Y no la apagamos. Grabamos desde dentro del coche haciendo ver que nos íbamos. Evitamos no ser muy explícitos, pero las cosas hay que contarlas.

Si quieres ver el reportaje, pulsa aquí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Evitamos no ser muy explícitos? O sea, que lo fuísteis.
¿Problema de gramática o de doble moral?

yinyang mason dijo...

Gramáaaaatica... La realidad hay que mostrarla, pero intentando hacer un trabajo que lo puedan ver todos los públicos. De la muerte hay que hablar con naturalidad.