... nunca gana el mejor, sino el más listo. La calidad no es, en muchas ocasiones, el factor determinante. Es un golpe de suerte el que normalmente inclina la balanza cuando los rivales son parejos. Pasa lo mismo en otros muchos ámbitos de la vida.
Hoy Italia no ha sido mejor que Francia, pero la salida de ciertos jugadores galos del campo ha dado fuerza a los italianos. La lesión de Vieira, el inexplicable cambio de Henry y la expulsión de Zidane (de hecho, Zizou se ha echado a él mismo a la calle) han ido mermando a una Francia que siempre ha buscado el gol.
En el fútbol como en la vida... Podía haber marcado Ribery en los últimos minutos de la prórroga, o Zidane podía haber pasado a la historia con su cabezazo, podía haber acertado Trezeguet en el penalty y en lugar de estrellar el balón en la cruceta meterlo por la escuadra. Es la suerte, esa en la que no creía y con la que no contaba como factor importante no hace mucho tiempo. Y ser más listo, claro.
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